Contarlas, una por una.
Pensarlas y encajarlas
construyendo un discurso.
Hablaré de las partes y
el todo.
A veces pinto partes de
un mundo, y otras veces, todo un mundo.
Cómo a la deriva se
tratase, te dejas llevar y eliges unos colores y no otros. Ésos, son ésos.
El lienzo en blanco, el
espacio ideal de libertad, dónde el mundo de las emociones y el espiritual
hacen las paces con el racional.
Sueños y obsesiones.
Anticipos de lo que va
ha llegar.
Joan esta noche me dijo
que escribiera, fue una señal.
Palabras a lo papillote,
a modo de pintura envuelta.
Dejar que se evapore
nuestra lógica y olvidar el orden aprendido e incluso desafiarlo.
El orden es otro. No nos
pertenece.
Mentiría si lo
explicase, pues no lo sé.
Me emocionan unas formas
y a veces otras.
Igual, me atraen unas
partes y otras, otras.
Elogio al error, a la
reiteración y a lo rectificado.
Borrar lo pintado.
A las palabras
ausentes, aquellas que se esconden en el
hueco del interlineado.